La Justicia Federal del Neuquén, condenó a un policía neuquino por su complicidad con un narcotraficante de Senillosa. Sin embargo, no cumplirá pena de prisión. La investigación reveló que el agente alertaba a su amigo narco sobre los procedimientos de la División Antinarcóticos, frustrando así varias operaciones.
Rodrigo, el principal acusado, trabajaba en el área administrativa de la Comisaría 11 de Senillosa. A través de la mensajería de WhatsApp, alertaba a los narcos sobre la presencia de los móviles de Antinarcóticos y los operativos en la Ruta Nacional 22. Ante estas circunstancias, las autoridades comenzaron a seguirlo de cerca a mediados de 2020 y, mediante escuchas telefónicas, confirmaron sus actividades ilícitas.
Rodrigo fue imputado por violación de secretos y encubrimiento doblemente agravado. La causa penal concluyó con un acuerdo entre las partes, en el cual los acusados aceptaron su responsabilidad. El sentenciado y el resto de los involucrados recibieron penas condicionales, lo que significa que no cumplirán tiempo en prisión.
El principal narcotraficante, quien operaba desde un aguantadero en Senillosa, fue uno de los destinatarios de las advertencias del policía. En su domicilio, se encontraron envoltorios de cocaína y marihuana, además de una balanza. Otros involucrados incluyen a una pareja que manejaba un kiosco de drogas y a una mujer que administraba un punto de venta de estupefacientes en Balsa Las Perlas, donde se incautó más de un kilo de marihuana.
Aunque ninguno de los procesados irá a prisión, se impusieron importantes multas. El principal narco, deberá donar medio millón de pesos, otro sentenciado un millón de pesos y una de las mujeres narcotraficantes también un millón de pesos. Además, otra mujer condenada deberá donar un vehículo Subaru. Las donaciones serán destinadas al Centro de Adicciones del Hospital Castro Rendón.