La científica del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), Tamara Rubilar, fue nominada como una de las diez finalistas del Premio César Milstein 2023 a la Investigación en Biotecnología con Impacto en la Salud. En este caso, la especialista del Centro Nacional Patagónico, Centro Científico Tecnológico del CONICET (CENPAT), con asiento en Puerto Madryn, fue seleccionada por su proyecto “Innovación de Biotecnología acuícola para superar secuelas de Covid: impacto en la salud humana”
“Para mí y todo el equipo de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, del CESIMAR y de los hospitales Santojanni, Muñiz y Ramos Mejía, significó una validación de la decisión del camino que tomamos allá en el 2020, cuando decidimos utilizar nuestro tiempo y nuestra energía en algo que nos reclamaba la sociedad y el ministro de Ciencia de esa época, que llamó a todos los científicos a abocarse a la pandemia. Nosotros metimos todos nuestros esfuerzos y finalmente logramos ayudar en las post pandemia, en una patología que es el Long Covid que, al día de hoy, no se conocen cuáles son sus causas subyacentes o no hay consensos en el tratamiento”, contó la científica del CENPAT.
Reconocimiento
Si bien su proyecto no fue elegido como ganador, para Rubilar significó un enorme reconocimiento haber llegado hasta la etapa finalista: “Nos llenó de alegría saber que ese sueño que nos costó mucho desarrollar, que nació en un laboratorio muy chiquito de la Patagonia, no solo a los pacientes les hizo bien, sino que uno de los premios más prestigiosos que tiene la República Argentina, con evaluadores de muy alto nivel, considere que sea uno de los diez mejores del país”.
El Premio César Milstein se constituye en reconocimiento a las investigaciones realizadas en la República Argentina, cuyos resultados puedan contribuir al desarrollo de productos o procesos en biotecnología con impacto en la salud humana.
En esta edición el proyecto ganador fue “Desarrollo de una vacuna profiláctica y terapéutica contra la enfermedad de Chagas”, liderado por el investigador del CONICET, Emilio Malchiodi y su equipo.
Entrega de premios
En un acto encabezado por la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Ana Franchi, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), Daniel Filmus, el presidente de la Fundación Pablo Cassará, Jorge Cassará y el investigador del Consejo y director del Instituto de Ciencia y Tecnología “Dr. César Milstein” (ICT, Milstein), Adrián Alberto Vojnov se entregó el premio y las menciones especiales de la Segunda Edición del “Premio César Milstein a la Investigación en Biotecnología con Impacto en la Salud”, organizado por el CONICET y la Fundación Pablo Cassará, a través del Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein (ICT Milstein, CONICET-Fundación Pablo Cassará).
Este Premio busca dar visibilidad a los resultados de investigaciones que puedan contribuir al desarrollo de productos o procesos en biotecnología y potenciar la articulación público privada en el campo específico de la salud humana. Asimismo, se busca fortalecer la cooperación público privada, la comunicación efectiva y la colaboración multidisciplinaria, así como resaltar la necesidad de políticas públicas que fomenten la investigación y el desarrollo tecnológico para brindar soluciones concretas a la sociedad.
El proyecto premiado se titula “CRUZIVAX. Desarrollo de una vacuna profiláctica y terapéutica contra la enfermedad de Chagas basada en el antígeno quimérico Traspaína y el adyuvante de última generación di-AMP cíclico” y es liderado por el grupo de investigación encabezado por Emilio Malchiodi, científico del CONICET en el Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral “Profesor Ricardo A. Margni” (IDEHU, CONICET-UBA). La propuesta obtuvo como premio tres millones de pesos de financiamiento.
Este proyecto investiga la capacidad de generar una respuesta inmune protectora de una vacuna de administración nasal sin aguja, que incluye una proteína quimérica construida por ingeniería genética con porciones de varios antígenos del parásito, y un adyuvante de última generación. Evaluarán vacunas profilácticas, para prevenir la infección o la enfermedad, y, terapéuticas, para administrar en aquellos que ya han contraído la infección, con el fin modular la respuesta inmune y proteger de la enfermedad. Las vacunas terapéuticas, no sólo serán evaluadas como monoterapia sino también en combinación con una de las drogas parasiticida más utilizadas para el tratamiento de la infección por T. cruzi, el Benznidazol.