Tras la Segunda Guerra buscaron salir de Alemania con su religión, sus formas de producir y también con una mirada del mundo. Llegaron a Neuquén luego de ocupar altos cargos en la estructura de Hitler, incluso alguno fue uno de sus guardias privados. ¿Qué fue de ellos?
El nazismo no sólo dominó a Alemania y otros países durante la guerra, también fue dueño del horror y el motivo de escape de esa región. Las salidas tuvieron que ver en su mayoría con dejar atrás el dolor y padecimientos de un enfrentamiento bélico. En muchos otros casos, huir de la justicia por crímenes de lesa humanidad cometidos desde las estructuras del Partido o del Ejército.
Argentina fue uno de los lugares que tejió una cadena, eslabón por eslabón, para acercar a estas personas y similares, desde siempre. En la Patagonia hay un reguero de muestras de hombres y mujeres que llegaron desde todos los puntos del planeta.
En el caso de quienes huyeron desde Alemania en la Segunda Guerra, hoy nos detendremos especialmente en una colonia que se radicó a la vera del río Limay (sobre la margen sur, provincia de Río Negro), en cercanías de Pilcaniyeu y Piedra del Águila.
Uno de los hombres que más se apasionó sobre la historia del entramado nazi en la Argentina, Rubén Ceminari, relató la historia de la colonia Paso Flores, sus integrantes, sus formas de vivir y trabajar, su escisión de la iglesia y conformación de una nueva, entre otros detalles.
Un líder
La partida de Alemania, su estadía en otros lugares y la organización de la colonia en 1958 tiene un eje central en un líder: Wilhelm (o Guillermo) Cordier. Junto a él se puede ubicar en la historia el derrotero que realizó este centenar de hombres, mujeres y niños que sólo miraron hacia adelante buscando otro horizonte. Ceminari señaló que llegaron a esta región patagónica luego de una experiencia un tanto fallida en nuestra islas Malvinas, brevemente en Uruguay y finalmente el arribo a Bariloche. Una vez allí, el dirigente toma contacto con Corina McDonald a quien compraron un campo de 7500 hectáreas, adonde además estaba ubicada la balsa de paso hacia Bariloche.
El eje del reclutamiento alrededor de Cordier se ubica en la práctica de la religión con una mirada ortodoxa de la Biblia y una práctica también asentada en la antigüedad con el no reconocimiento de adelantos tecnológicos como la electricidad, los vehículos, entre otras.
En la región se dedicaron a las tareas de la agricultura, llegaron a producir alfalfa para el ejército argentino a partir de un sistema de riego desarrollado en una mil hectáreas, además de todo lo necesario para subsistir y producir. En octubre de 1958 y con una población de entre 70 y cien alemanes comienza a funcionar la colonia Paso Flores o Estancia Paso Flores, según señaló Ceminari en la entrevista que acompaña esta nota.
Otra de las características del fue su aislamiento y contacto casi nulo con poblaciones de la región. Sólo para los negocios u otras necesidades, Cordier era el único que tenía esa prerrogativa de ser el contacto con el mundo exterior.
Ceminari reseñó el pasado en las juventudes hitlerianas y luego en el Partido Nazi, además de sus contactos con jerarcas exiliados, del guía y mentor de esta colonia, Wilhelm (o Guillermo) Cordier.
Precisamente esa centralidad en el liderazgo y algunas prácticas personales fueron las que comenzaron a resquebrajar la unidad de la colonia y provocar una división, en la que Cordier debió salir a buscar otros destinos. Esta situación coincidió con la decisión de construir la represa de Alicurá a esa altura del Limay para la generación de hidroelectricidad, cuyas obras comenzaron en 1979. Allí llegó la expropiación de las tierras por parte del gobierno nacional para esa presa, cuyas aguas no sólo cubrieron Paso Flores, también otros asentamientos como Pilcaninyeu del Limay, quienes debieron emigrar a otros lugares.
Cordier partió hacia Lago Puelo (allí trabajó en una estancia con vinculaciones nazis) y luego se asentó junto a unos pocos en Cholila, adonde finalmente murió y fue enterrado.
El grupo que quedó en Paso Flores debió dejar ese lugar y actualmente tienen un establecimiento cercano a Piedra del Águila adonde desarrollan la agricultura y ganadería, además de recibir turistas, generalmente de origen alemán.
Religión y Nazismo
El diario barilochense El Cordillerano publicó en 2016 una entrevista a un chileno que fue la punta de lanza de las denuncias contra la Colonia Dignidad, ubicada en el vecino país. En esa denuncia, Hugo Manuel Rodríguez también autor del primer libro con los detalles escabrosos e ilegales de Dignidad, también trazó una vinculación y hermandad con Paso Flores.
Es más, se informa allí que “el 21 de abril de 1966, cuando los ecos de las denuncias de Wolfgang Müller sobre Dignidad aún no se habían acallado, el escritor francés Jacques Delarue anunció que existía una colonia similar en territorio argentino. Delarue -historiador, ex policía y autor de “La Gestapo” y otros libros sobre el Tercer Reich- indicó que el asentamiento se llamaba Paso Flores, estaba a orillas del Limay en la provincia de Río Negro, y era dirigido por Walter Hoeckner, un ex oficial superior del círculo íntimo de Adolf Hitler”.
En enero de 1967, Hoeckner admitió ante un enviado de la revista Panorama: «Es verdad que entre nosotros hay muchos veteranos de guerra y que algunos ocuparon altos cargos militares y civiles. Pero cada uno sólo responde de sus actos pasados ante Dios y su conciencia».