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Volver a Innisfree: ¿el paraíso existe?

Redacción
Por Redacción
Cong Village en Irlanda fue el lugar que eligió John Ford para crear su pueblo idílico Inisfree. En la actualidad se puede visitar como un punto turístico. Foto: Ryan's River Lodge

(Especial para Alerta Digital por Franco Della Valentina).- El cumplimiento, el 1 de febrero, de un nuevo aniversario del nacimiento de John Ford nos da la excusa para hablar de una de sus grandes películas: The Quiet Man (El Hombre Quieto) de 1952, una carta de amor del director a Irlanda, la tierra de sus padres.

En esta cinta se desarrolla uno de los grandes postulados del cine de Ford, el regreso a un tiempo mítico “in illo tempore” (ese tiempo fuera del tiempo), un retorno a aquel paraíso perdido que representa el ficcional pueblo irlandés de Innisfree

La historia cuenta el regreso de Sean Thornton (John Wayne), un boxeador norteamericano, a su Irlanda natal para recuperar su granja y olvidar su pasado

El ingreso a este nuevo mundo carga con un simbolismo enorme que se observa en un plano y contraplano del comienzo de la película. La llegada de Sean de un tiempo moderno, industrial e individualista, está representada por un tren, que él dejará a sus espaldas, y que cambiará por un carruaje a caballo que lo dirigirá a este pueblo idílico de Innisfree. Este cruce de tiempos al que hacemos referencia es ilustrado con la maestría de Ford trazando, justamente, una cruz que separa los caminos de Sean.

En el diálogo con el cochero que lo llevará al pueblo, Sean deja claro los motivos de su regreso al hogar: hay una sed espiritual, una búsqueda de trascendencia que hasta allí había sido saciada por el acero y el hierro de una sociedad desacralizada.

Escena del diálogo que sean (John wayne) mantiene con el cochero de camino a inisfree

Innisfree es un palabra gaélica irlandesa que aparece en el poema “La isla del lago de Innisfree”, de William Butler Yeats. Al igual que Ford, el poeta trabaja el pensamiento mítico en poemas como “La canción de Aengus errante” o “El segundo advenimiento”.

En este caso, Ford convierte a Inisfree en un jardín del Edén donde los personajes viven en un mundo tradicional, en que la comunidad y la religión ocupan un rol preponderante, y allí desarrollan oficios, comparten tiempo en el bar del pueblo, tocan instrumentos, cantan, bailan, pescan y participan en competencias de caballos. 

Si bien el pueblo de Inisfree no existe, en la actualidad las locaciones utilizadas en la película pueden visitarse, sobre todo en el pueblo de Cong, y son un atractivo turístico que año a año congrega a miles de personas en busca, en vano, de sentir la misma transformación que vivió Sean Thornton.

ATE
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