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Ya la plata no se va de las manos sino de la pantalla

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
La velocidad en que llegan y se van nuestros ingresos tiene curvas muy peligrosas. Se pierde la noción física de la moneda y también se cortan los frenos para el gasto.

La digitalización de la economía diaria hace que se pierda la noción del billete fijo y de esta manera también desaparecen los frenos para los gastos. Cobrar sin ver la moneda concreta y desde allí abrir el grifo a los compromisos y compras cotidianas tiene un ritmo que pone al precipicio a la vuelta de la esquina a un sector importante de la población.

Estos conceptos se desprenden de varios estudios realizados en los últimos meses por parte de organizaciones de Defensa del Consumidor y también de entidades de comercios que ven aumentadas sus compras cuando las mismas se realizan en forma online.

Sacar 22 billetes de mil pesos para la compra semanal en un supermercado no es lo mismo que poner el celular en un código QR para saldar ese monto. Mirar el precio de la mercadería y compararlo con la plata que tenemos en la billetera no es lo mismo que cargar el carrito y usar el posnet en la caja.

Estos mecanismos, que tienen respuestas sicológicas y físicas, llevan a buena parte de la población a perder la noción de valor, precio, ingresos y dinero circulante. Un viejo apotegma indica que “el necio confunde valor y precio” y un nuevo paradigma señala que “sin billetes en la mano el horizonte del gasto está en las tarjetas o los celulares”.

Se gasta más con el pago virtual

Un informe dado a conocer por la consultora Invecq, con sede en la localidad de Vicente López (Buenos Aires) señaló que un poco más de los comerciantes consultados en una encuesta confirmaron que el cliente gasta más cuando utiliza algún medio de pago digital. Especialmente, supermercados y comercios medianos, abonaron la idea de que al utilizar el código QR o algún tipo de tarjeta, las ventas aumentan, generando también una masiva bancarización de los movimientos comerciales. Esto es: medianos y grandes comercios realizan sus compras y ventas a través de los canales que son auditados por los organismos impositivos del Estado y aun así continúan impulsando la virtualidad como medio para aumentar sus ingresos.

La encuesta realizada a comerciantes de todo el país marcó también que la forma de mejorar los ingresos, aceitar la cadena de proveedores y compromisos impositivos es a través de la incorporación de la mayor cantidad de formas de cobro online y en menor medida una mejora en el servicio o atención del cliente. Es decir: hay más ventas cuando se dan más facilidades de cobro al cliente y no tanto cuando se aumenta personal o se mejora la atención y el servicio.

 Para el 56% de los comercios la transformación digital tiene un impacto positivo dado que permite incrementar las ventas. También destacan que las soluciones tecnológicas facilitan un mayor control del negocio, un contacto más eficiente con clientes y proveedores, y ventas más ágiles.

Para el 45% de las pymes, la principal transformación digital fue la adopción de nuevas soluciones de cobro. Y en segundo lugar (30%), la mejora en la atención del cliente, en términos de agilidad, eficacia y transparencia.

Con respecto a la adopción de medios de cobros digitales, se identifica que casi la totalidad de los negocios pyme cuenta con las opciones de tarjeta de débito (96,6%), efectivo (95,3%) y código QR (94,3%). La opción tarjeta de crédito tiene una menor adhesión (89,7%) solo por delante de pagos online (69,1%). Esta última tiene la menor tasa de adhesión vinculado a la necesidad de seguir avanzando en la digitalización e incorporar además los pagos online como un nuevo canal de cobro prioritario.

Una observación importante con respecto a la adopción de medios de cobros digitales tiene que ver con la identificación, por parte del 97% de los comercios, de que los consumidores gastan lo mismo o más cuando usan medios de pago digitales.

Efectivo para qué

La actividad económica en pueblos y ciudades de la Patagonia y gran parte del país tiene también un sector llamado “informal” o de servicios y “changas” que aún no han perdido el manejo del billete físico. La virtualidad fue avanzando sobre los “gastos chicos” que realiza el sector del trabajo que se traslada en servicios públicos de pasajeros, ya que la incorporación de las tarjetas para colectivos eliminó la manipulación de monedas y billetes. A esto se le sumó el servicio de taxis (con posnet en el vehículo), trenes, subtes y otros medios de movilidad.

Poco a poco, las pequeñas compras se pueden hacer a través de pagos virtuales y esto lo aprendió también uno de los sectores informales más importante como es el artesanal (en las ferias hace tiempo que se ve el cartel de cobro con tarjetas), en los servicios mecánicos (también hace bastante que se aceptan transferencias bancarias, de Mercado Pago y otras) y en pymes de la construcción o relacionados con ella.

Quiénes todavía manejan el efectivo físico de los billetes: quizá un tercio del enorme universo del casi 40 por ciento de la población que está bajo la línea de la pobreza en nuestras ciudades y provincias. Servicios domiciliarios, capacitaciones privadas, fletes de corta distancia, algunos alquileres y especialmente los kioscos o mercados barriales, entre muchos otros, hoy tienen relación con los billetes físicos.

Un sector que sigue priorizando el cobro con moneda con beneficios en descuentos o promociones es el de las estaciones de combustible, especialmente en los momentos de mayor demanda y tránsito en vacaciones o feriados, las proveedoras de naftas y gasoil ubicadas en las rutas, no ofrecen el servicio de tarjetas y prefieren el billete constante y sonante. Y comercios que mantienen parte de sus movimientos “en negro” (compra de mercadería y/o pago de salarios), por fuera de los controles del Estado, especialmente en los rubros de vestimenta, gastronomía, bebidas y otros.

Siempre de acuerdo con los estudios que dan a conocer las organizaciones de Defensa del Consumidor, también existe en el mercado actual una tensión importante con los servicios comprometidos por empresas de comunicación (telefonía celular) en cuanto a promociones y descuentos que ocupa la mayor parte de los reclamos de los usuarios.

Pero la encuesta realizada a los comerciantes arroja otros datos que son interesantes a la hora de analizar cómo se mueve el dinero en la Argentina: “Se identifica un 45% de negocios Pyme que esperan que sus ventas crezcan en los próximos seis meses, un 36,4% que se mantengan y un 18,6% que disminuyan”. El optimismo de casi 8 por cada 10 comerciantes no tiene relación con los indicadores de la macroeconomía nacional, sin embargo podría mostrar que encontraron los vehículos para agilizar el tránsito de circulación de plata y mejorar sus ingresos. Es decir: al abrir más posibilidades de pago electrónico, quienes compran no tienen medida física en sus gastos y esto les permite aumentar ventas y superar ganancias con respecto a los índices de inflación.

Una carrera que sin dudas nos lleva a una velocidad peligrosa a buena parte de la sociedad ya que ese tránsito de quienes están empleados (depósito del salario, pago de servicios y compra de mercadería a través de lo digital) y de quienes tienen comercios (pago de salarios, pago a proveedores y amplia oferta de ventas online), hace que el torrente de circulación sea más intenso y menos tangible.

Ya la plata no se nos va de las manos. Los que se mueven (algo para arriba y mucho para abajo) son números en los saldos o en la pantalla del cajero bancario. Lo demás es para el “chiquitaje” que alimenta a pocas bocas.  

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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